Epidemia de estafas bancarias: Más del 80% afectados
La ciberseguridad financiera en Colombia enfrenta un desafío creciente que no puede ser ignorado. Según el estudio de la empresa estadounidense Fico, un alarmante 82% de los colombianos que utilizan servicios bancarios reportan haber recibido mensajes fraudulentos a través de correo electrónico, mensajes de texto o llamadas telefónicas.
El problema de las estafas bancarias
Esta cifra representa un incremento del 9% respecto a 2023, evidenciando una escalada preocupante en los intentos de estafa dirigidos al sector financiero.
El panorama se torna aún más inquietante. El 70% de los consumidores afirma que sus amigos o familiares han sido víctimas directas de algún tipo de estafa, lo que representa un aumento del 7% en comparación con hace dos años.
Estos números revelan que las estafas ya no son casos aislados, sino un fenómeno generalizado que afecta a la mayoría de la población bancaria del país.
El auge de los pagos inmediatos y sus riesgos
La adopción masiva de sistemas de pagos en tiempo real como Transfiya ha creado nuevas oportunidades para los estafadores. Los datos revelan que el 21% de los consumidores enviaron pagos inmediatos por inversiones, bienes o servicios que nunca recibieron. Más preocupante aún, el 15% realizó transferencias instantáneas incluso después de recibir advertencias de sus bancos sobre posibles estafas.
Esta realidad pone de manifiesto la urgente necesidad de fortalecer los mecanismos de detección y prevención. Aunque el 35% de los usuarios se declaran “muy satisfechos” con el proceso de resolución de fraude de sus bancos, y otro 35% está “algo satisfecho”, queda claro que hay margen de mejora en la protección al consumidor.
Responsabilidad compartida pero desigual
Un aspecto revelador del estudio es la percepción de responsabilidad entre los consumidores. El 51% de los colombianos se considera responsable cuando envía dinero a un estafador. Mientras que solo el 15% culpa al banco remitente, el 22% al banco receptor y únicamente el 4% a los propios estafadores. Esta distribución de la culpa sugiere una cultura donde los consumidores asumen una responsabilidad desproporcionada frente al fraude.
Sin embargo, las expectativas son claras: dos tercios de los consumidores creen que los bancos deberían reembolsar a las víctimas de estafa siempre (42%) o la mayoría de las veces (26%). Esta aparente contradicción entre auto-responsabilización y expectativa de reembolso refleja la complejidad del problema y la necesidad de establecer marcos más claros de protección.
Canales de comunicación y confianza
Los consumidores prefieren recibir notificaciones sobre posibles estafas a través de la aplicación móvil de su banco (33%), seguido por llamadas telefónicas (30%). Paradójicamente, el 20% aún confía en los mensajes de texto, a pesar de sus conocidas vulnerabilidades de seguridad.
La insatisfacción con la respuesta bancaria ante estafas tiene consecuencias costosas. El 47% de los afectados presentan quejas formales, el 32% recurre a reguladores financieros y el 11% cambia de banco completamente.
Colombia necesita una estrategia integral que combine tecnología avanzada de detección, educación financiera robusta y marcos regulatorios más estrictos. Así combatir esta creciente amenaza a la estabilidad del sistema financiero nacional.

