¿Tarjetas de crédito pueden ser aliadas estratégicas?

En Colombia circulan más de 9,2 millones de tarjetas, pero solo el 35% de los usuarios paga su deuda completa

Las tarjetas de crédito representan una paradoja en el sistema financiero colombiano. Se han consolidado como uno de los instrumentos más populares del país, con un saldo total que alcanza los $35,2 billones según datos de Asobancaria y el Banco de la República.

Sin embargo, su uso inadecuado sigue siendo el talón de Aquiles de miles de familias colombianas. La realidad es preocupante: solo entre el 35% y 40% de los usuarios cancela la totalidad de su deuda mensual, mientras que aproximadamente la mitad se limita al pago mínimo, una práctica que incrementa exponencialmente los intereses y prolonga peligrosamente el endeudamiento.

El doble filo de la modernidad financiera

Esta dualidad convierte a las tarjetas de crédito en un arma de doble filo. Por un lado, ofrecen flexibilidad, seguridad y beneficios como millas, cashback y descuentos que, bien aprovechados, pueden generar valor real para el usuario. Por otro, representan una de las principales fuentes de sobreendeudamiento en el país.

“La tarjeta de crédito no debe verse como una fuente de dinero extra, sino como una herramienta”, explican desde Bravo, firma especializada en rehabilitación financiera. “Si se paga a tiempo y en su totalidad, si se aprovechan los beneficios y se planifican las compras, puede convertirse en un instrumento que genera valor en lugar de deuda”.

Los errores que cuestan caro

El comportamiento de los usuarios colombianos revela patrones preocupantes. Los errores más comunes incluyen pagar únicamente el mínimo mensual, sobrepasar el cupo disponible, realizar avances en efectivo —una de las formas más costosas de endeudarse— y acumular múltiples tarjetas sin un plan de control.

Estos hábitos no solo impactan el bolsillo inmediato, sino que comprometen la salud financiera a largo plazo, afectando el puntaje crediticio y limitando futuras oportunidades de financiamiento.

Uso inteligente

La transformación de las tarjetas de crédito en aliadas estratégicas requiere disciplina y conocimiento. Bravo recomienda pagar siempre la totalidad de la factura, mantener el uso por debajo del 40% del cupo disponible, planificar las compras evitando impulsos, aprovechar programas de puntos y beneficios, revisar extractos frecuentemente y evitar los costosos avances en efectivo.

El desafío educativo: Usarlas como aliadas estratégicas

El panorama actual evidencia una necesidad estructural: fortalecer la educación financiera en Colombia. Sin información clara y hábitos responsables, las tarjetas seguirán siendo fuente de estrés económico en lugar de herramientas de crecimiento.

“Este panorama nos recuerda la importancia de fortalecer la educación financiera en el país”, concluyen desde Bravo. “Solo así más personas podrán evitar caer en ciclos de deuda y construir una relación saludable con el dinero”.

El reto está planteado: convertir las tarjetas de crédito de una deuda silenciosa en verdaderas aliadas financieras que impulsen el bienestar económico de los colombianos.